Se me exige la luna
Se me exige la luna. Cuando por alguna razón, que esté en viaje o por preocupaciones o por males del alma (nunca por olvido) se me pasa una luna, los amigos me reclaman — ¿Dónde está mi luna? ¿Qué pasó con mi luna? — De la China, el Japón, Nueva Zelanda, de la India, Europa, Costa Rica, Cuba, Uruguay, Argentina, Brasil.
Por alguna razón me he hecho responsable por el calendario, por el movimiento de los planetas, de advertir cuando la luna se hincha de luz. Entonces pregono como vendedor de globos — ¡He aquí la luna! ¡Aquí está su luna! — Y la ofrezco atada por un hilo de palabras.
Tal vez sea que haya acostumbrado mal a mis seres queridos que tanto dependan de mí por la luna.
Y cuando me haga achacoso, cuando muera ¿habrá otr@ lunátic@ que se preocupe por la luna y la bruña cuando llena o como a una flor la reviva con un rocío de palabras y pregone — ¡He aquí la luna! — ?
© Rafael Jesús González 2010
The Moon Is Demanded Me
The moon is demanded of me. When for some reason, I am away or preoccupied or because of ills of the soul (never for forgetfulness) a moon passes by me, friends demand, “Where is my moon? What happened to my moon?” From China, Japan, New Zealand, from India, Europe, Costa Rica, Cuba, Uruguay, Argentina, Brazil.
For some reason, I have made myself responsible for the calendar, for the movement of the planets, for notifying when the moon swells with light. Then I proclaim like a seller of balloons, “Here is the moon! Here is your moon!” And offer it tied with a string of words.
Perhaps it may be that I have accustomed my loved ones badly to so much depend upon me for the moon.
And when I grow decrepit, when I die, will there be another lunatic that will care for the moon and polish it when full or like a flower revive it with a sprinkling of words and proclaim, “Here is the moon!”?
© Rafael Jesús González 2010
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