Wednesday, March 6, 2024

Michelangelo Buonarroti, March 6, 1475 – February 18, 1564

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Tríptico para Miguel Ángel



I — Pietro Torrigiano

El principio se origina en la quebradura—
un corazón, un himen, una nariz.
El duende mora en las heridas —
la raja en el limón, la fisura en el higo.
El dolor no es necesidad, pero es—
indudable como la piedra, maleable como el oro
para hacer faunos o aretes.
Recordémoslo si por ninguna otra cosa,
el contraste, la sombra en la luz,
la amargura en la miel
en que las abejas encuentran sustento y muerte.
Alabémoslo, lengua en mejilla,
pero correctamente, grave y respetuosos,
porque muchas veces inicia el baile, grave y medido.
 




II — Vittoria Colonna

La alabanza es muchas veces oblicua —
la luz se sesga para ablandar la piedra,
esconder las marcas del cincel
o sacarlas como los pizzicatos en el violonchelo.
Hay miel en esa luz,
más liviana de que la miel tiene derecho ser.
Alabemos a esa luz —
espejo que suaviza, que enriquece
una esperanza desolada, demasiada llena
de posibilidad, imposibilidad, pavor.
Hay perfección en lo incompleto
que la saciedad jamás podría tener.
¿Qué en el arte no es pretensión?
Pretendemos a la luz, a tronos.




III — Tommaso de’ Cavalieri

¿Y cuando la luz es más allá de nuestro alcance,
la iluminación un amor demasiado anhelado?
El amor llega tarde y templado
aun cuando el deseo guarda su filo.
Los filos le prestan sabor,
el filo del limón, de la espada del necio
que penetra la armadura innecesaria
y esculpe mantequilla.
Que entonces sea, pues forma estrellas
y engendra perlas —
una tontería, un bufón,
cuando uno debería saber mejor que eso.
(¿Debería uno?) ¿Qué es lo mejor?
La comodidad es mezquina cosa.




                                © Rafael Jesús González 2024




Triptych for Michelangelo



I — Pietro Torrigiano

Beginning originate in breakage —
a heart, a hymen, a nose.
The duende dwells in wounds —
the crack in the lemon, the fissure in the fig.
Pain is not a necessity, but it is —
indubitable as stone, malleable as gold
to fashion fauns or earrings.
Let us remember it if for nothing else
the contrast, the shadow in the light,
the bitterness in the honey
in which bees find sustenance & death.
Let us praise it, tongue in cheek,
but correctly, grave & respectful,
for it often opens the dance, grave & measured.




II — Vittoria Colonna

Praise is often oblique —
the light slants to soften stone,
obscure the chisel marks
or pluck them like pizzicati on a cello.
There is honey in that light,
lighter than honey has a right to be.
Praise that light —
a mirror that softens, that enriches
a stark expectation too fraught
with possibility, impossibility, dread.
There is perfection in unfullness
that satiety can never have.
What in art is not pretension?
We pretend to light, to thrones.




III — Tommaso de’ Cavalieri

And when light is beyond our reach,
enlightenment a too-sought-after love?
Love comes late & softened
even when the desire keeps its edge.
The edges lend it savor,
the lemon edge, the fool’s sword
that pierces unnecessary armor
& chisels butter.
Let it be, then, for it fashions stars
& engenders pearls —
a foolishness, a scaramouche,
when one should know better.
(Should one?) What is better?
Comfort is a paltry thing.




                                                    © Rafael Jesús González 2024


(El hacedor de juegos/The Maker of Games by Rafael Jesús González,
Casa Editorial, San Francisco 1977-78; Author’s © copyrights)

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