Halloween

                   Trick & Treat


Death at the door,
    or lurking among the leaves,
death itself is the inevitable trick;
the only treat worth the having,
    to love fearlessly,
                                    and well.



                    © Rafael Jesús González 2025


(The Montserrat Review, Issue 7, Spring 2003;
author’s copyrights)

On this ancient Celtic holiday (origin of our European Christian All Saints Day) once full of dread as the veils between worlds grew thin as a new year birthed, folks masked themselves to confound malign spirits who might do them harm, and in the Middle Ages, often placed bread outside the doors to appease those spirits. With time in England these customs became “souling,” begging for “soul cake” in exchange for a song, reciting of a poem, or performing brief scenes which gradually become even more frivolous when in the U.S. in the 1930s it grew in popularity with children in masks and costumes demanding a treat of sweets at the threat of playing mischief. 

I threaten no mischief and give what may or may not be sweet but trust that my little poem speaks truth. It goes with love. 

In Celtic times, this holiday was full of real dread and fear. Even now, in the silliness of Halloween we play with fear (it releases endorphins, else roller-coasters and horror movies would not sell.) My neighbors every year outdo themselves with elaborate constructions to induce fright. Each year, folks from all the East Bay come with their children in increasing numbers for the gruesome spectacle and though the children have seen scary skeletons, ghosts, and witches as they walked the ‘hood since the month began and wear scary masks themselves, little kids often run in fright and tears back to their startled parents’ arms.

But this year, what with the state of the world and the Earth, the term “trick or treat” takes on ominous implications. The genocide in Gaza Palestine by Israel and the United States goes on, wars rage, the Earth is delirious in her fever. We are faced with a fascist state in which a demented clown, criminal and liar who would be king, unhindered wrecks the White House he inhabits to build an ugly ballroom in the fascist style; imposes harmful tariffs here and there that imperil the world economy; militarily invades U.S. cities; cruelly persecutes immigrants and destroys families; murders people sailing in foreign waters; calls journalists and us who question him “terrorist” while his policies are terrorism itself; declares himself above the law with the backing of his Supreme Court; and flagrantly violates the constitution. If this is not enough to terrify us, we are in a benighted sleep. Love must prevail, but it must be a fierce and courageous love manifesting itself in action.

                        Truco y Regalo


La muerte a la puerta,
    o en emboscada entre la hojas,
la muerte misma es la trampa inevitable;
el único regalo que vale la pena,
    amar sin temor,
                                  y amar bien.



                                    © Rafael Jesús González 2025

En esta antigua festividad celta (origen de nuestro Día de Todos los Santos cristiano europeo), llena de temor al desvanecerse el velo entre los mundos con la llegada del nuevo año, la gente se enmascaraba para confundir a los espíritus malignos que pudieran hacerles daño, y en la Edad Media, solían poner pan fuera de las puertas para apaciguar a esos espíritus. Con el tiempo, estas costumbres se convirtieron en Inglaterra en pedír «pastel de almas» a cambio de una canción, el recitar de un poema o representar de breves escenas que, poco a poco, se volvían aún más frívolas, Esta práctica se volvió aún más frívola cuando, en la década de 1930, se popularizó en Estados Unidos, donde los niños, con máscaras y disfraces, exigían dulces bajo la amenaza de hacer travesuras.

No amenazo con hacer travesura y doy lo que pueda o no ser dulce, pero confío en que mi pequeño poema diga la verdad. Va con amor.

En la época celta, esta festividad estaba llena de verdadero temor y pavor. Incluso ahora, en la extravagancia de Halloween, jugamos con el miedo (libera endorfinas; sino, las montañas rusas y las películas de terror no se venderían). Mis vecinos se superan cada año con elaboradas construcciones para asustar. Cada año, gente de todo el East Bay viene con sus hij@s en mayor número para el espantoso espectáculo, y aunque los niños han visto esqueletos, fantasmas y brujas aterradoras al caminar por el vecindario desde que empezó el mes y ellos mismos usan máscaras horribles, los más pequeños corren espantados ay llorando a los brazos de sus padres también asustados.

Pero este año, con la situación de mundo y del planeta, la expresión «truco o trampa» adquiere connotaciones ominosas. El genocidio en Gaza, Palestina, por Israel y Estados Unidos continúa, las guerras enfurecen, y la Tierra delira en su fiebre. Nos enfrentamos a un estado fascista donde un payaso demente, criminal y embustero que aspira a ser rey, destroza la Casa Blanca que habita para construir un horrendo salón de baile al estilo fascista; impone tarifas dañosas aquí y allá que ponen en peligro la economía mundial; invade militarmente ciudades estadounidenses; persigue cruelmente a inmigrantes y destruye familias; asesina a personas que navegan en aguas extranjeras; llama «terroristas» a periodistas y a quienes lo cuestionamos, mientras que sus políticas son terrorismo en sí mismas; se declara por encima de la ley con el respaldo de su Corte Suprema; y viola flagrantemente la constitución. Si esto no basta para aterrorizarnos, dormimos sumidos en una profunda oscuridad. El amor debe prevalecer, pero debe ser un amor feroz y valiente que se manifieste en acciones.